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Religiones, Cultos y Futuros

Reflexión sobre las visiones espirituales y tecnológicas del futuro, destacando la importancia de respetar las cosmovisiones culturales. Es clave facilitar que cada cultura explore su propio futuro sin imposiciones externas.

RELIGIÓN, CULTOS Y CREENCIAS

Andrea Busquets

9/23/20242 min leer

El otro día me crucé en internet con una imagen de los Testigos de Jehová, culto que respeto muchísimo. Eso me motivó a buscar más y todo lo que encontré fueron dibujos de escenarios de futuros en los que todo coexiste en total armonía: leones con niños, familias heteronormativas sonriendo y compartiendo. Todo al aire libre y pocas construcciones. Esto me llevó a una fuerte reflexión que tiene que ver con la vida espiritual de cada cultura.

En muchas sociedades el futuro no se concibe como un espacio incierto o lleno de posibilidades, sino como algo influenciado por fuerzas externas o ancestrales. En lugar de depender de decisiones humanas, está determinado por la conexión espiritual con lo sagrado o la naturaleza, y está firmemente entrelazado con creencias que guían la vida de las personas

Vemos que muchas veces median el sacrificio y la devoción para garantizar el bienestar. Las ofrendas y los rituales reafirman los vínculos con lo divino y con los elementos naturales que sostienen la vida. En lugar de ver el mañana como algo que puede ser guiado por la planificación, valoran el respeto por lo superior y las prácticas ancestrales como la clave para mantener el equilibrio.

Por otro lado, la concepción occidental del futuro tiende a estar más orientada hacia la innovación y el progreso tecnológico. En lugar de depender de rituales, las sociedades occidentales a menudo ven el porvenir como un lienzo en blanco, lleno de posibilidades que pueden ser diseñadas y proyectadas a través de decisiones individuales o colectivas. La planificación estratégica, la ciencia o la robótica son pilares fundamentales en esta visión, donde los escenarios son algo por construir.

Sin embargo, esta mirada puede, en ciertos contextos, entrar en conflicto con las culturas que ven el tiempo como algo cíclico o intervenido por el más allá. La idea de imponer escenarios basados en el progreso tecnológico o económico puede ser percibida como una forma de colonización, donde se asume que todas las sociedades deben avanzar hacia las mismas metas de innovación y desarrollo. Las comunidades que creen en deidades o poderes sobrenaturales pueden ver esta imposición como disruptiva o incompatible con sus propias ideas de temporalidad.

Por ello, es fundamental que cada grupo humano crezca en la libertad de definir su propio concepto de futuro, basado en sus cultos, valores y estructuras. En el campo del foresight o la anticipación, el papel de quienes facilitan estos procesos es escuchar y respetar las diferentes visiones, evitando imponer modelos externos. El objetivo es abrir caminos para que cada cultura pueda explorar sus propias posibilidades, alineadas con su identidad y cosmovisión.

Este contraste nos recuerda que no existe una única forma de imaginar lo que vendrá, y que es esencial respetar las diferentes formas en que las culturas perciben y se relacionan con el tiempo y el futuro.

Andrea Busquets
Historiadora del Arte
Fundadora de Artefacto
Directora del Laboratorio de Arte y Futuros

Fuente original aquí